12/1/12

9.Error (Sei)

 El suave sonido de la puerta cerrándose casi consiguió despertarle. Incluso hizo el intento de incorporarse y abrir un ojo. Pero tras las décimas de segundo que tardó en recordar que había quedado con Lis, dejó caer la cabeza a peso y se perdió por completo en aquel estado de somnolencia.

-¿Otra vez te has dormido en el sofá?

Aleksei no necesitaba abrir los ojos para saber que Lister estaba negando con la cabeza, como una madre que enfrenta a un hijo descarriado. Joder, para eso se había comprado un sofá enorme y mullido, a todas luces demasiado grande para el comedor en el que estaba. Para dejarse caer en él a las tantas de la madrugada y no tener que pensar en si se había acordado de poner sábanas en la cama o no. Notó el leve tirón que daban a algo que tenía sujeto en la mano y dejó que se lo quitaran. Seguramente se había vuelto a dormir con la botella de cerveza en la mano. Esperaba que al menos estuviera vacía.

-Sei, arriba que es tarde- instó Lis antes de dirigirse a la cocina.

Aleksei gruñó en respuesta a su enérgica afirmación. Era sábado, ¿cómo coño iba a ser tarde un fin de semana? Se dio un cuarto de vuelta para quedar hecho un ovillo de lado y se dispuso a seguir durmiendo.
Era normal que tuviese sueño, se había ido a dormir sobre las tres de la mañana. El día anterior, para no perder costumbres, había apagado el despertador y se le había hecho tarde. No había tenido tiempo de ir a correr antes de ir al trabajo- ni siquiera había llegado a la hora al trabajo-, así que lo había dejado para después de la cena. Era casi media noche cuando había salido de casa, y entre correr por la playa y hacer un poco de ejercicio se le habían hecho las tantas. Rondaban las dos y poco cuando se había sentado en el sofá después de la ducha, con el pelo empapado y la cerveza en la mano. Vamos, lo que venía siendo su rutina habitual.

-¡El desayuno!- anunció una voz cantarina.

Aleksei frunció el ceño. Lister tenía una voz dulce y aniñada pero aquello sonaba demasiado afeminado, incluso para él. Se dignó finalmente a entreabrir los ojos y se encontró con dos rostros pecosos que le observaban sin parpadear. Por un momento pensó que estaba viendo doble, pero en seguida se dio cuenta de que no podía ser. La noche anterior tampoco había bebido tanto.

-Joder Lis, ¿por qué has traído a las mocosas?- preguntó incorporándose con desgana al reconocer a sus hermanas pequeñas.

Las gemelas ignoraron por completo su protesta y, tras intercambiar una mirada que a Sei le resultó de lo más sospechosa, se lanzaron sobre él en un abrazo conjunto que le tumbó de nuevo en el sofá. Oh, como odiaba a su madre, casi tanto como a los críos.

-Venga, ya basta de dar por culo de buena mañana- gruñó mientras se incorporaba y se intentaba deshacer de ellas sin demasiado éxito. Al parecer seguían con la mala costumbre de convertirse en lapas cada vez que le veían. Iba a regañar a la que le estaba trepando por la espalda, pero tras echarle un vistazo se dio cuenta de que no sabía cuál era- ¡Lis!- llamó al chico que todavía seguía trasteando en la cocina- Te he dicho que no las peines igual, que luego no hay quien las distinga- se quejó.

El interpelado asomó la cabeza por la cocina y le dedicó una mueca de incredulidad.

-Son tus hermanas Sei, ¿cómo no vas a distinguirlas?

Aleksei les dedicó una mirada de arriba abajo. Coño, pues porque las dos eran como dos gotas de agua. Los mismos ojos verdes, la misma nariz pequeña, respingona y llena de pecas que se extendían hacia los mofletes. También era idéntico el pelo, con ese color rojizo y esos rizos insufribles. Y ridículamente largos para una cría de cinco años, dicho fuera de paso. Una vez le había tocado peinarlas y lo único que recordaba claramente de la experiencia era que hubo gritos, lágrimas y alguna que otra patada en la espinilla.

-Pues porque son iguales, coño- fue la réplica. Y básicamente porque no le importaba demasiado saber cual era cada una: eran exactamente igual de pesadas.

-Taika es la que va vestida de azul y Anya la de blanco- le aclaró Lister con paciencia.

La respuesta de Sei fue un bufido de desgana mientras se ponía en pie e intentaba quitárselas de encima.

-A ver, eh...- ¿cuál había dicho que era la de blanco? Bueno, no importaba- Tú, rata uno, ve a ayudar a Lis con el desayuno, y tú, rata dos, ponle de comer al gato- les ordenó, haciendo un gesto con la mano para que se apresurasen.

Una vez conseguido un poco de espacio personal se aseó y vistió sin demasiado entusiasmo. Ahora se acordaba que había prometido llevar a las crias a dar una vuelta en barca para que dejaran de dar el coñazo. Uf, que día más largo le esperaba.

Ya estaba atacado de los nervios cuando se sentaron en la dichosa barquita. No habían parado de dar por culo en todo el camino. Que si canta con nosotras, que si llévanos en brazos… ¿es que se pensaban que era un maldito burro de carga? Por no hablar de cómo les había dado por salir corriendo cada una hacia una punta distinta del parque. Y luego la gente se extrañaba de que no soportara a los niños.

Cogió los remos y dedicó una mirada fulminante a Lis, por joderle de esa manera el fin de semana. Pero este estaba demasiado entretenido dando palmas con una de las dos enanas como para enterarse. La otra se había empeñado en ayudarle a remar. O eso decía, porque en realidad se había aferrado al remo y tiraba de él en sentido contrario. Dejó escapar el aire con pesadez. Ya sería mucho si no tiraba a alguna de las dos al lago.

Cuando por fin se agotó el rato en que podían disponer de la barca, a Sei le faltó tiempo para saltar al muelle. Aunque no podía decirse que hubiera mejorado mucho la cosa. La lapa vestida de azul se le había enganchado de la mano y tiraba de él, directa hacia un pequeño corrillo de personas.

Gruñó en señal de protesta cuando vio que era lo que causaba tanta expectación. En el centro del círculo se encontraba un artista ambulante. Por su aspecto físico y la horrorosa combinación de colores Aleksei hubiera dicho que era un payaso, pero estaba haciendo trucos de magia con una baraja de cartas. Desde luego el tipo era bueno porque Sei ni se dio cuenta de dónde salían las dos muñequitas de trapo que entregó a sus hermanas.

La muchedumbre estalló en aplausos mientras el mago se quitaba el sombrero de copa y hacía una reverencia.

-¿Nos las podemos quedar?- preguntó una de las gemelas.

-Dos lindas muñecas para dos lindas señoritas- fue la galante respuesta del hombre-, cortesía de la casa- dijo, esta vez inclinando la cabeza ante Aleksei.

Dando por finalizada su actuación, el mago agradeció al público su compañía y se alejó de allí. A Sei le pareció extraño que no pasara el sombrero pidiendo algo de dinero, como era habitual entre los artistas ambulantes. Quizás no le hubiera dado más importancia de no ser porque le vio acelerar el paso, hasta casi echar a correr. Un mal presentimiento empezó a subirle por la espina dorsal mientras se llevaba la mano al bolsillo.

-¡Hijo de puta!- exclamó al darse cuenta de que su cartera ya no estaba allí. Sacudió la mano izquierda, intentando soltar a la cría pero esta no parecía captar el mensaje- Tú, rata uno, quédate un momento con Lis- dijo.

-Yo era la rata dos, Sei- le corrigió la pequeña.

-Pues ya no. Que me sueltes, joder- insistió. Esta vez sus palabras surtieron efecto. La pequeña frunció el ceño antes de dejarle ir y correr a esconderse tras su hermana haciendo un puchero.

Aleksei no tenía tiempo para enfados infantiles, así que ignoró a la cría, dio media vuelta y salió a la carrera tras el mago. El cabrón era bastante rápido porque le costó lo suyo dar con él. Finalmente le encontró en una zona de frondoso verde, medio oculto del paseo principal tras un grueso tronco.

-Tú- fue todo lo que dijo antes de cogerle por las solapas del chaleco. Al hombre se le escapó una mueca como de haber sido pillado en falta, pero en seguida recompuso su expresión con la más inocente de las sonrisas- Mi cartera- exigió Aleksei al ver que no reaccionaba.

El mago levantó las manos en un gesto fingidamente inocente.

-No entiendo que quiere decir- tuvo el descaro de mentir.

Sei no estaba para tonterías. Llevaba una mierda de día en una mierda de parque, con una mierda de calor agobiante y la voz estridente de las niñas metida en los tímpanos. Alzó un puño y se dispuso a descargarlo sobre el hombre, sin molestar en soltar estúpidas amenazas.

-En la cara no, que la necesito para trabajar- rogó el mago mientras se encogía un poco sobre si mismo.

Aleksei pensó que era una reacción de lo más extraña, pero lo mismo le daba si con ello conseguía que le devolviera la pasta. Soltó un puñetazo de aviso en la boca del estómago y se preparó para el siguiente. El ladrón debió captar en ese momento que iba en serio, porque tras conseguir recuperar el aire decidió empezar a hablar.

-Vale, creo que ya me acuerdo- dijo alzando las dos manos en señal de paz-. Mientras estaba actuando encontré esto en el suelo- se excusó, al tiempo que sacaba una cartera negra de sus pantalones bombachos.

-En el suelo mis cojones- replicó irritado Aleksei al tiempo que de un brusco tirón recuperaba sus pertenencias.

La abrió para comprobar que su dinero seguía allí. Asintió conforme y, tras guardarla en el bolsillo trasero del pantalón, extendió la mano. El mago miró su gesto sin comprender.

-La pasta- explicó Sei, haciendo un gesto para indicar que quería que se la diera-. La que le has sacado al resto de incautos- añadió al ver que seguía perdido-. Por las molestias causadas.

El mago enarcó las cejas con incredulidad, pero un nuevo puñetazo le demostró que no estaba de broma. Volvió a rebuscar en los bolsillos ocultos de su atuendo y ofreció su botín.

-Toda- exigió Aleksei cuando le puso el dinero en la mano.

El mago hizo una mueca de disgusto, pero no se atrevió a desobedecer. Él no tenía un físico precisamente resistente y los puñetazos de aquel tipo no iban en broma. Separó un poco el calcetín de colores que le llegaba por encima de la rodilla y extrajo un fajo de billetes. Era lo último que tenía y por el asentimiento satisfecho de Aleksei seguro que se le había notado en la cara.

-Un placer hacer negocios contigo- dijo Sei antes de dar media vuelta y regresar por donde había llegado.

El mago contempló impotente cómo se alejaba. Aunque una vez lo perdió de vista, se le pasó el disgusto y estalló en carcajadas. Aquello era la primera vez que le pasaba, que alguien robara al ladrón. Había que reconocer que la cosa tenía su gracia. Giró la muñeca y una pequeña tarjeta apreció entre sus dedos.

-Un tipo interesante, Aleksei Hamilton- leyó en el carnet de identidad que le había robado. No conocía la dirección que aparecía impresa, pero era de esa misma ciudad así que no podía estar muy lejos-. Seguro que no tardamos en volver a encontrarnos- murmuró sonriendo con evidente satisfacción-. Oh, querido, los negocios no han hecho más que empezar- aseguró, dejando que su sonrisa se ensanchara hasta adquirir tintes macabros. Ya se encargaría él de demostrarle que atraer su atención había sido tooooodo un error.


----

En el WRP estamos haciendo una tabla de relatos por palabras de los personajes. Yo ya llevaba tiempo queriendo escribir cosas de mis niños, porque es una manera de que se vea mejor su manera de ser, de pensar, las relaciones que tienen mis personajes entre ellos y muchas otras cosas que solo con el rol o fotohistorias se quedan en el tintero. Una de las muchas cosas que quería explicar era como se conocieron Luke y Sei. Ya tenía escrita esta primera parte, así que he aprovechado la frase final de Luke para encajarla con la palabra error.

Creo que la tabla ha sido el empujoncito que necesitaba para empezar a compartir esas ideas que me rondan por la cabeza. No estaba segura de ponerme a ello porque iban a quedar escritos inconexos, trocitos "pequeños" que no tienen una correlación tipo libro. Pero creo que así, en forma de relatos cortos, se puede decir mucho de los personajes, y eso de que tengas que ir completando todas las palabras es una manera de que yo también me acerque un poco más a ellos y los vaya conociendo mejor.

P.d: Perdón por todas las palabrotas, es que Sei es muy mal hablado T_T

---

Otras cosas


-No he hecho fotos de las gemelas (sí, las que salen en el relato) porque no tengo aún nada de ellas. Bambicrony no me ha enviado sus peluca aún. Dicen que la semana que viene, a ver si es verdad. Es que sin ropa, ni ojos, ni peluca ni maquillaje me da cosilla enseñarlas, como que no tienen mucha gracia.

-Isthaar y yo hemos comprado unos patrones de un peto y un pantaloncillo para yo-sd para hacerles cosas a l@s peques. Que cuando cosí los pantalones a la gata los tuve que repetir como cuatro veces y se me quitaron las ganas, a ver si con un patrón con el que guiarme va mejor la cosa xD

-El cuerpo de Mikoto aún no ha llegado a Celga así que aún no les he podido pedir que me lo manden. He pillado días festivos en Japón así que ya me avisaron que tardaría un poquito más de lo normal. A ver si la semana que viene puedo tenerlo de camino.

-Estoy en proceso de ordenar las cosas de los muñecos y me estoy dando cuenta que aunque tienen un armario para ellos solos, ¡me falta espacio!

-No me salen las actualizaciones de los blogs que he empezado a seguir últimamente... ¿a alguien más le pasa?

3 comentarios:

  1. Aleksei!!! *se le echa a los brazos* Cuida de mí también, como si fuese pequeñita :3
    xDDD
    Es que me hace tanta gracia su... repulsa... hacia los enanos xDDD No puedo evitarlo.
    Oh! Yo creo (creo...) que algo me contaste de cómo se conocieron estos dos porque me sonaba de algo pero claro, no con tanto detalle ni tan redondito. Ha sido una gozada leer el relato, en serio.
    Muy bien escrito, se me ha hecho corto y me he reído mucho por las reacciones que tenía Aleksei (yo lo llamo con todas sus letras para llenarme la boca xD), así como coger y ea, robarle la pasta a Luke. Ese ha sido todo un puntazo y casi me lo debía haber esperado por su parte pero no, y me alegra xD Así la sorpresa ha sido mayor.
    Por cierto, no sé qué tiene Aleksei que me encanta. Supongo que me van los personajes independientes y muy suyos (por decirlo de alguna manera) ^^

    Te llegó entonces? La peque. Y sin complicaciones? Bueno, te entiendo. A mí cada vez me gusta menos enseñar los kekos sin que tengan todo lo suyo (ojos, maquillaje, peluca...) aunque últimamente suelo tener los ojos y las pelucas por casa antes de que llegue la resina. Voy aprendiendo xD
    Pues ya me contarás si el patrón hizo su función ;)
    Y lo de las actualizaciones ni idea... A lo mejor es un problema temporal pero puede que si buscas por google te salga algo de información sobre el tema.

    ResponderEliminar
  2. Pobres peques! Rata uno y rata dos xDDD

    A ver si te llegan pronto las cositas y vas completando >.< (Nota mental: maquillar a Thor xD) Yo tambien tengo que ordenar las cosas, como no quisisteis ayudarme, malas personas. Bueeeno tu sí, pusiste dos cajas... xDDD

    ResponderEliminar
  3. Chandria: Hombre, igual cuidaría mejor de ti si estuvieras un poco más crecidita xDDD
    Yo creo que en el fondo le gustan, pero no quiere admitirlo, see (ahora me miraría mal si estuviera en casa xDD). Seguro que algo te conté, pero como no me acuerdo cuando ni qué...
    Tienes razón que Aleksei es muy suyo, y no siempre para bien xDDD pero bueno, al menos nos entretiene un rato que ya es algo.

    Sip, me llegó la peque sin cargos extras ni nada. Yo si pidiera las cosas en orden también tendía pelucas y demases antes que el keko, pero como me paso el orden por el forro pasa lo que pasa, que tengo aquí pelucas de muñecos que no están, y muñecos que hay por casa aún no tiene su peluca XDD

    LK: Jajaja, no te preocupes, que ellas llevan el mote con mucho amor, no ves que se lo ha puesto su hermanito? XDD
    Na mujer, sin prisas, si total no tendrá ropa. Aunque al menos Hoshi sí tiene ojos y pelos, algo es algo XD
    Eh, yo ordené lo que me diste, que conste! Si me hubieras dado más, pues más que hubiera colocado, jous.

    ResponderEliminar